mi subconciente ecléctico

jueves, mayo 17, 2007

Los nuevos artefactos de poder.

Nunca había dejado tan olvidado el blog, ya estoy de regreso aunque sé que no escribiré tan seguido como al principio.


Bueno... pues resulta que hace ya varios años fui a misa, después de otros muchos años de no ir. Fue una misa católica y mi visión de lo que ocurría ahí dentro me pareció muy interesante. Si tienen cable busquen algún programa de History, Discovery o National Geographic Channel; encuentren alguno que se pueda referir a rituales antiguos. Lo que se podrían encontrar son adoraciones a estatuas de oro, danzas alrededor de fogatas y cánticos tribales. Mi imagen de la misa no fue nada diferente a eso y recuerdo haberme preguntado "¿Cuál es la diferencia?, ¿Cómo ésta religión es menos primitiva que las ancestrales?".

La sociedad ha avanzado a través de campos como la ciencia y la tecnología, ha avanzado en términos de conocimiento teórico y aplicado, una gran cantidad de mentes se han ido abriendo en torno a temas antes descalificados por mera ignorancia, sin embargo, muchas de las prácticas continúan siendo primitivas, basadas en prejuicios o paradigmas equivocados y tienen una influencia determinante en nuestra vida diaria.

El Marxismo propone una hipótesis que llama "falsa conciencia", con la cual el Capitalismo pretende "distraer" de su "verdadera naturaleza", al "proletariado". Originalmente era material directamente institucional, ahora lo interpreta Theodor Adorno (sic) de manera acertada como arte de mal gusto o Kitsch, que es como un reflejo o una muestra, pero no tiene las características de innovación y coherencia del verdadero arte. Un ejemplo en este sentido sería la música y el cine comercial, que es la repetición de fórmulas probadas para tener un efecto masivo exitoso.

A estos distractores yo agregaria el paradigma de la imagen exitosa con la cual se pretende alinear a las personas hacia el sueño americano, al menos en este pedazo del mundo; el sueño americano incluye (algo cercano a) tener un título universitario, ser bueno en un deporte (para los hombres), ser físicamente agradable (más para las mujeres), ser nacionalista, religioso moderado, casarse, tener una casa propia, un auto deportivo para el esposo y una Van para la esposa, dos hijos (un niño y una niña) y un perro de raza.

La Mercadotecnia en particular, toma este modelo de referencia y lo vende; en cada una de las etapas del sueño americano habrá lineamientos para que se vayan cumpliendo cada uno de esos "logros".

En la antigüedad un chamán podría tener, por ejemplo, una serie de collares, algunos con colmillos o cráneos de animales, cada uno de esos artefactos le daba un poder en particular que lo hacían sentirse más seguro de sí mismo al realizar sus complejas tareas y que le daban un estatus de respeto a simple vista para el resto de la comunidad. Báculos, anillos, coronas, cetros, reliquias, pañuelos de la amada y símbolos religiosos como atuendo serían otros buenos ejemplos de artefactos mágicos de otras épocas.

Ahora un consultor, un abogado corporativo o cualquier ejecutivo de alto nivel, típicamente requiere llegar con un traje caro, un reloj más caro, un celular de última generación y un auto que por lo menos debe ser importado, todo eléctrico, tener asientos de piel y claro, de una antigüedad no mayor a tres años (a menos que sea coleccionista, por supuesto). Todos estos nuevos artefactos de poder infunden en él una seguridad de que va o ha llegado por buen camino al éxito, y para las demás personas, simples mortales, además de la posible envidia inherente, se convierte en una figura de mayor respeto que la generalidad.

Estos artefactos de poder tienen un costo, llamémosle inversión, que dará beneficios tangibles al portador y lo diferenciará del resto. No importa si la constitución dice que todos los mexicanos somos iguales, la verdad es que el poder de estos artefactos supera a cualquier ley escrita.

Otro artefacto curioso, aunque me lleva a un tema muy largo, es el anillo de poder: el de compromiso. No tiene la capacidad de desaparecerte ni atrae el mal... bueno, a veces sí... pero ese no es el punto. El punto es que ese anillo de poder hace que antes de la boda la hembra sea oficialmente elegida y apartada por el macho, ella (o la mayoría de ellas) siente a su vez, a través del poder del diamante (falso o verdadero), que el punto más delicado de su vida ha sido resuelto. Dicho artefacto tiene el poder de tranquilizarlas en muchas de sus inseguridades, les da la paciencia de esperar el matrimonio por un tiempo que antes hubiera parecido intolerable y a veces hasta compra una fidelidad antes inexistente... claro, por tiempo limitado.

Muchas de nuestras prácticas sociales son claramente primitivas y ejercen una mayor atracción hacia la ignorancia de las antiguas tribus y civilizaciones que hacia el desarrollo de la ciencia y la tecnología. Desde que cada persona nace, al menos en esta zona del mundo, la inconciencia colectiva siembra en ella conceptos de competitividad, egoísmo y desigualdad; por el contrario, una alineación hacia la complementación de esfuerzos generaría un mayor desarrollo en todos los ámbitos productivos... pero esa no es la finalidad de estar vivos, ¿cierto?, el saborcito lo encontramos en el drama, la magia, el misticismo, el ritualismo; y sin duda en un contexto democrático; ¿qué cree la mayoría que es éxito? ah, pues eso debe ser... pienso que en un ámbito de oportunidades desiguales, conceptos como el éxito, sólo pueden ser subjetivos.