mi subconciente ecléctico

sábado, marzo 08, 2008

La Sociedad de Hiperconsumo.

Con este nombre, Gilles Lipovetsky presentó una plática hace unos meses en el ITESM y decidí acudir.
Es un filósofo reconocido y fue muy interesante, principalmente, cómo estructuró el tema para presentarlo, organizado y metódico, transmitió conocimiento al alcance de cualquiera.


El punto focal fue un análisis en torno a cómo la sociedad ha reaccionado al consumo. Lo divide en tres etapas:
1. Siglo XIX a finales de la Segunda Guerra Mundial. Aquí el tipo de consumo es completamente ad-hoc a la clase social y hay diferenciaciones sumamente claras, se notaba cuando alguien de una clase social pretendía tener mejores cosas (incongruentes con su poder económico) y era fuertemente presionado por el resto de su grupo social.

2. Segunda mitad de los cuarentas a finales de los setentas. El consumo se vuelve de competencia en un contexto familiar, para las amas de casa es importante alimentar mejor a su familia, para los "jefes de familia" es importante ir a mejores lugares de vacaciones, tener una mejor televisión para reunir a la familia.

3. Final de los setentas a la actualidad. El consumo se vuelve individualizado, ahora ya es importante tener una televisión para cada miembro de la familia, un teléfono celular, ropa que los distinga de acuerdo a su personalidad. En esta tercera etapa el consumo se vuelve masivo y el crecimiento exponencial.
A esta sociedad Lipovetsky la llama "de hiperconsumo". El individualismo de consumo que la caracteriza, tiende a relacionarse directamente con lo que llamamos "necesidades personales". Nos es imposible casi imaginar una vida sin demasiadas cosas, sin celular, sin computadora, sin internet, sin televisión por cable, sin lector de dvd's, sin consola de videojuegos. Las necesidades personales cada vez son más, y la libertad de elección entre una infinidad de opciones que presenta el mercado, no parece estarnos satisfaciendo.

La principal conclusión a la que llega, es que el consumo no nos está dando la felicidad.

¿Parece obvio?, parece que casi todos creemos que el dinero no garantiza la felicidad, pero él además se esfuerza en demostrarlo, diciendo que los estudios sociológicos muestran que ni siquiera ayuda (claro, el contexto es clase media, son estudios europeos, supongo que hablando de pobreza el dinero tiene un efecto determinante).

Y si no ayuda a que seamos felices, ¿cuál es la razón por la que nuestra vida gira en torno a nuestros ingresos?
Pregúntate el día de hoy, ¿cuántas horas del día pasas pensando en tu trabajo?, ¿cuántas horas de tu "tiempo libre" pasas consumiendo y pensando en lo que quieres comprar?, el lugar en el que vives, la ciudad, la zona, la casa en donde habitas, ¿cómo se relaciona con tu fuente de ingresos?
¿Cuántas actividades en el día realizas que no tengan nada qué ver con ingreso y consumo?

Les voy a platicar la vida que estoy viviendo.
Llevo cinco semanas viviendo fuera de mi ciudad participando en diversos proyectos de trabajo. Durante la mañana visito a mi cliente y en resumidas cuentas, le aconsejo respecto a formas de reducir costos operativos. Salgo de la oficina del cliente y mi preocupación es dónde comer que me puedan dar factura para que quede cubierto por los viáticos. Salgo de comer y me tomo un par de horas en autocapacitarme para mañana dar mejores consejos. Termino y ahora pienso cómo evadirme de la realidad, si juego Fifa08 en mi PSP o si veo una película en la laptop de la empresa. Si el internet funciona me meto a ver qué juegos o qué películas quiero comprar. Chateo y juego risk en Facebook. Si no funciona me recuerdo que es urgente contratar algún servicio de internet cuanto antes. Busco qué cenar en el Seven Eleven cerca de la casa que nos renta la compañía que nos invitó al proyecto. Antes de dormirme leo un poco.

Salvo pequeñas diferencias, esa ha sido mi vida las últimas cinco semanas. No recuerdo una sola actividad que esté alejada de la cultura consumista, posiblemente alguien diría que leer, pero ese libro no lo regalan... me baño con cierto champú (Pantene con acondicionador y especializado en, no sé, rizos o cabello "normal", o lo que sea), me rasuro con Mach 3 de Gillette, me lavo los dientes con un cepillo que me avisa (háganme el favor) cuándo debo cambiarlo, y una pasta que me permite sólo lavarme dos veces al día mientras me blanquea los dientes. Consumo fútbol, lo que me hace consumidor de televisión (cable y sky), me hace consumir apuestas por internet, en fin.

Y estoy completamente consciente que mi felicidad nada tiene qué ver con todo esto. Pero mi vida se sigue centrando en esto. Si hay una métrica para la vida es el tiempo, y yo estoy consumiendo el 100% de ella en producir ingreso, en comprar con ese ingreso y en utilizar lo que compro.

Si vivimos 75 años y de eso quitáramos el tiempo relacionado con consumo y las horas de sueño, ¿cuánto dura realmente nuestra vida?

Lo que Lipovetsky nos dijo ese día, es lo que el budismo nos ha dicho por siglos, al final, las propiedades acaban apropiándose de ti (se apropian del tiempo de tu vida). Así que aunque nos parezca obvio lo repito, si vivimos para consumir, no nos quejemos de que no somos felices.

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2 Comments:

  • Me pusiste a pensar... y analizando las pláticas en mi familia inician con los siguientes encabezados como de noticiero:

    "Tu hermano se compró ... blablalblab... en la piñata de tu sobrinita tu cuñada contrató a las "marionetas brinconas", que la escuela taaan carísima y exclusiva de chanito tu sobrino ahora está máaás cara... que tu prima tiene problemas económicos..."

    Entonces, el establecer a qué te dedicas (la chamba) y tus ingresos, son claros patrones para que otra gente, con esos mismos patrones pueda sentirse cómoda hablando contigo. Porque ¡consumen más o menos lo mimso!

    Eso a su vez, quita todo el tiempo y la cabeza para que la gente tenga charlas sobre otros temas que no sean consumo.. por ejemplo: ¿quiénes son? ¿cómo se sienten? ¿son felices? ¿saben realmente qué es la amistad? ¿qué es el amor? ¿han sentido lo que es la paz? ¿el tener un sentido de plenitud? ¿saben cual es el significado de su vida? ¿son mejores personas? ¿ayudan a crear? ¿son capaces de mantener una relación sincera? ¿son capaces de ser padres? ¿cuáles son sus princpios? ...

    El consumo se apropia de cualquier oportunidad de cuestionarnos y buscar nuestra felicidad.

    By Anonymous Anónimo, at dom mar 09, 12:13:00 a.m. GMT-6  

  • Sí, pienso que es como la leyenda que me platicabas de Sísifo. De alguna manera el hiperconsumo nos convierte en ciegos que cada día se esfuerzan en llevar una piedra enorme a la cima, con la única finalidad de dejarla caer y regresar por ella, por el resto de nuestra vida.

    By Blogger gasca, at mar oct 21, 11:52:00 a.m. GMT-6  

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