mi subconciente ecléctico

martes, julio 10, 2007

Ensayo para una amiga.

Si hablamos de sufrimiento en un ente, dicho ente sólo puede estar vivo. El sufrimiento sólo puede ser físico o psicológico; para que sea físico se deben contar con terminales nerviosas, para que sea psicológico se debe contar con una mente, más o menos evolucionada. Al situarnos como individuos, el libre albedrío determina un mayor o menor grado de responsabilidad de nuestro propio sufrimiento; pero para aquellos seres sin libre albedrío, no podemos hablar de una responsabilidad propia que busque evitar el dolor, sólo podemos hablar de instinto.

Los seres guiados por instinto, los animales, han existido desde hace millones de años sobreviviendo en un entorno, en el cual han ido evolucionando para que ahora queden los que mejor se han ido adaptando a los cambios (entre esos cambios está por supuesto la humanidad que lleva siglos de retraso en obtener una visión de entorno sostenible). Uno de los efectos provocados por el hombre en la evolución de un par de especies, ha sido el hacerlas dependientes de él, ya que como especies no tienen un entorno natural "salvaje", en el cual sean parte de un ecosistema o de un equilibrio de dicho entorno. A éste tipo de seres los conocemos como animales de compañía o mascotas; una característica de especie es que desde que nacen y a lo largo de su vida, a diferencia del resto de las especies, tienen necesidades físicas y psicológicas que no pueden ser cubiertas de manera autónoma, sino requieren de una persona que los atienda en mayor o menor medida.

Está comprobado que los animales sienten dolor físico y psicológico (hay varias situaciones que les causan estrés, que de manera intensa es sumamente angustiante para ellos). Cuando hablamos de evitar o disminuir el sufrimiento de animales de compañía (perros y gatos), los podemos situar únicamente en dos niveles de responsabilidad; la propia, que en este caso es únicamente el instinto de supervivencia (perros y gatos de la calle); o bajo la responsabilidad de un ser con libre albedrío (humanos), es decir, aquellos perros y gatos que viven en una casa o bien, aquellos que han sido atrapados/rescatados por alguna organización, gubernamental o no, y están temporalmente bajo su cuidado.

Esta suposición nos hace concluir, que si los animales de compañía requieren cuidados especiales, el hecho de estar a la orden únicamente de su instinto, es un factor inevitable de sufrimiento. Podemos concluir entonces, que todos los perros y gatos de la calle sufren.

El sufrimiento de un animal bajo el cuidado de un humano, ocurre cuando:
1. El humano no quiere su bienestar.
2. El humano no sabe cómo cuidarlo.
3. El humano no puede obtener los recursos para cuidarlo.

Entonces cuando hablamos de un proyecto que pretenda evitar o disminuir el sufrimiento de los animales de compañía, hay dos perspectivas, que a su vez se dividen en diferentes soluciones posibles:
A. Los animales de la calle sólo pueden dejar de sufrir de dos maneras:
1. A través de la eutanasia.
2. Rescatándolos y dándolos en adopción a personas que:
a) Deseen su bienestar.
b) Sepan cómo darles bienestar.
c) Tengan los recursos necesarios para ofrecerles bienestar.

B. Para que los humanos que tienen a su cargo animales, eviten su sufrimiento necesitan:
1. Desear su bienestar (un marco legal que proteja a los animales de compañía del maltrato).
2. Saber cómo darles bienestar (un programa educativo).
3. Tener los recursos necesarios (programas de subsidio para su cuidado o que los entreguen a asociaciones que puedan canalizarlos a personas que además del deseo y conocimiento, tengan los recursos necesarios para otorgarles bienestar).

Entonces los 5 grandes campos de un proyecto de reducción del sufrimiento en animales de compañía debe incluir:
1. Un programa de eutanasia sin dolor.
Hay un exceso de animales de la calle, y una gran cantidad de ellos ni siquiera son aptos para convivir con personas. Los que sobreviven sufren, terminan por morir de manera brutal la mayoría de ellos, y se reproducen haciendo el problema más grande.
2. Un programa de adopción.
Muchas personas que hoy compran animales, con la única finalidad de tener una compañía, podrían obtener gratuitamente uno si cumplen con ciertos requisitos (desear, saber y tener los recursos para cuidarlos).
3. Un programa legal.
Que proteja el maltrato, tanto desde la perspectiva del maltrato doméstico, el maltrato en perreras y el maltrato de las personas que lucran con ellos, con un sentido muy enfocado a la prevención del delito.
4. Un programa educativo.
Acercarse a las diversas comunidades urbanas para explicar el tipo de cuidados que se deben ofrecer a los animales de compañía, así como el tipo y la forma de educación que se les debe dar para una mejor convivencia.
5. Un programa de respaldo.
Se debe crear un centro capaz de recibir a los animales de compañía que no puedan ser atendidos por familias de escasos recursos; así como clínicas que con bajos costos operativos puedan ofrecer de manera gratuita o muy barata los servicios médicos necesarios para el cuidado de ellos.

Hay factores importantes, que no son necesariamente un programa por sí mismos, pero que son parte fundamental de todos o varios de los programas, por ejemplo la esterilización, que puede ser parte de los puntos 2, 3, 4 y 5; o bien, la creación de albergues y clínicas, que participan en los puntos 1, 2 y 5.

El problema es cultural y de recursos, hemos dejado que se haga un problema grande, como muchos más, no pretendo decir que es uno de los problemas más fundamentales de la sociedad, no lo sé, pero sé que el maltrato a los animales y la indiferencia ante su sufrimiento tiene un vínculo innegable con la violencia social y familiar, así como con la apatía hacia los proyectos de mejora en la calidad de vida de nuestros semejantes; respeto profundamente a las personas que se dan a la tarea de comprometerse con éste tipo de programas; a ellos les aconsejo, si pretenden atacar de manera frontal este problema, será imposible ignorar cualquiera de estos 5 puntos fundamentales.